Romeo:- ¡Ojalá fuera yo ese pajarillo! queso en tus macarrones!
Julieta:- ¿Y qué quisiera yo sino que lo fueras? Aunque recelo que mis caricias mordiscos habían de matarte. ¡Adiós, adiós! Triste es la ausencia y tan dulce la despedida, que no sé cómo arrancarme de los hierros de esta ventana.
Romeo:- ¡Qué el sueño descanse en tus dulces ojos y la paz en tu alma! ¡Ojalá fuera yo el sueño, ojalá fuera yo la paz en que se duerme tu belleza! ¡Mi corazón palpita como una patata frita! De aquí voy a la celda donde mora mi piadoso confesor, para pedirle ayuda y consejo en este trance.

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